martes, 21 de agosto de 2012

Pobreza y riqueza en Argentina


La situación precaria de las finanzas públicas culminó a finales del 2001 en la declaración de la cesación de pagos sobre la enorme deuda de 144 billiones de dolares. La anticipación del default produjo una corrida bancaria en noviembre del 2001 que fue contestada por parte del gobierno con el famoso “corralito”. Como consecuencia surgieron fuertes disturbios sociales en todo el país que obligaron al presidente de la Rua y a su gabinete a renunciar.
El corralito y la salida de la convertibilidad marcaron el ambiente económico y social del año 2002. El corralito impactó tanto a la economía formal como a la informal. Mientras la primera sufrió la interrupción de las cadenas de pago, lo que daño el comercio y la producción, el corralito secó la plaza de liquidez para la economía informal generando problemas gravísimas en los niveles más pobres de la población, pues en este sector todas las transacciones se hacen en efectivo.A su vez, la clase media veía sus ahorros amenazados o ya perdidos por la reprogramación de los ahorros en dolares.
La salida abrupta de la convertibilidad tuvo graves impactos sobre la economía. La inflación aumentó enormemente y acumuló 41% en 2002. Los precios de la canasta de productos básicos en Argentina se dispararon un 73% en promedio durante ese mismo año por el efecto de la devaluación del peso.Al mismo tiempo los salarios seguían acortandose y el desempleo alcanzó con un 21,5% en mayo un récord histórico. Más que la mitad de la población trabajaba en el sector informal bajo circunstancias precarias.Como consecuencia de todos esos procesos se produjo un fuerte derrumbe del consumo privado. La gente empezó a comprar sólo lo más necesario. También productos como cerveza, yogur o galletitas que antes eran parte de la vida cotidiana se consumieron mucho menos. Por la perdida del poder adquisitivo el número de personas que vivía por debajo de la linea de pobreza alcanzó el 57,5%
del total de la población argentina. En las provincias del norte del país la situación es mucho más grave con un porcentaje aproximadamente del 70%. Con un 24,7% el porcentaje de los indigentes alcanzó extremos hasta entonces desconocidos. La clase media desapareció casi por completo.


Argentina tiene grandes recursos codiciados por todos los países poderosos, como petroleo, agua dulce, mares, glaciares, bosques, selvas, cordillera, ríos y montañas entre otros. El suelo argentino es uno de los mejores del mundo para cultivar y dedicarse a la ganadería y agricultura. Argentina tiene niveles de pobreza alarmantes, en ciertas áreas más pobreza que en el continente africano. ¿A qué se debe esto? Lo cierto es que el área de la Argentina en que más se ha invertido es la zona céntrica del país, lo que incluye las provincias de Buenos Aires, Cordoba y Santa Fé. No obstante, la zona norte de este país presenta niveles de pobreza realmente frustrantes. En lo que se refiere a provincias como Chaco, Formosa y parte de corrientes, estas parecen pertenecer a otro país.


Datos del indec que indican en porcentaje de personas que sufren por la pobreza en Argentina

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Incidencia de la pobreza e indigencia en el total urbano EPH y por región estadística. Segundo semestre 2011



Los pobres quedan al margen del proceso de modernización, por ejemplo de la capacitación que exige el mercado laboral. En nuestro país crece el PBI pero aumenta la pobreza.
En la Argentina hay 2 métodos para medir la pobreza: -el de la línea de pobreza (LP) que brinda datos acerca de las tendencias del fenómeno.
-Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI): útil para diferenciar situaciones opuestas en un corte temporal como es la medición de un censo de población.

En 2009, la pobreza aumentó y llegó al 31,2 %, mientras que la indigencia se ubicó en 11,2 %, cinco puntos porcentuales por encima de los niveles registrados en el 2008. Estas son los datos más relevantes que surgen del último informe elaborado por la consultora Ecolatina. En base a estos datos, los economistas de Ecolatina estimaron que en la Argentina hay 12.534.000 de individuos que son pobres, de los cuales 4.507.000 ni siquiera pueden adquirir la Canasta Básica Alimentaria, por lo cual son indigentes y están por debajo de la línea de la pobreza.





Según la información relevada por la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la UCA la tasa de indigencia en áreas urbanas cayó de 9,2% a 5,4% entre último trimestre de 2010 y el último trimestre de 2011. De esta manera, la imposibilidad de contar con ingresos que cubran una canasta básica alimentaria de de $36 por día para una familia tipo de dos adultos y dos niños, afectaría todavía a más de 2 millones de argentinos.
La indigencia por ingresos continúa concentrándose en los hogares cuyo jefe no tienen secundaria completa o es una mujer (respectivamente el 8,4% y 7,4% de la población de estos hogares está afectada por la indigencia). Asimismo, en los hogares con niños, la indigencia afecta al 7,6% de los mismos. Pero el problema es aún mayor cuando el jefe de hogar tiene un trabajo precario (11,2%). En este caso, incluso el riesgo a la indigencia es mayo rque cuando el jefe de hogar está desocupado (5,7%), dado que entre estos últimos existe un perfil socio ocupacional y familiar relativamente menos excluido. Los sectores más pobres no pueden darse la posibilidad del desempleo frente a las urgencias de la subsistencia.
En cuanto a la tasa de pobreza por ingresos, la Encuesta de la Deuda Social Argentina muestra una caída de26,6% a 21,9% durante el mismo período, lo cual significa que más 8,5 millones de personas todavía no contarían con ingresos que le permitan a una familia tipo de dos adultos y dos niños cubrir una canasta básica total diaria de $74. En este caso, el mayor riesgo a sufrir pobreza por ingresos se concentra entre los hogares con niños (30,9%), cuando los jefes no tienen secundaria incompleta (32%) o no cuentan con otra opción que tomar un empleo precario (35%). También cuando se vive en villas miserias o asentamientos precarios (29,1%), aunque en este caso, el riesgo resulta menor al esperado. Asimismo, en términos de los centros urbanos relevados, el Conurbano bonaerense y el Gran Tucumán constituyen las áreas más afectadas todavía por la pobreza.
La caída tanto de la indigencia como de la pobreza el último trimestre de 2010 y el último trimestre de 2011 tuvo como contexto no sólo las mejoras en las AUH y otros programas sociales sino también la recuperación que experimentó la demanda de empleo, los incrementos salariales que acompañaron a la inflación y el aumento del gasto social en general. En este marco, el sector informal de la economía, estrechamente vinculado con el consumo interno, experimentó una significativa recuperación, lo cual se tradujo en que un elevado número de familias indigentes pudieran salir de esa condición y que otras logran superar la situación de pobreza gracias a un mayor nivel de actividad informal por parte del grupo familiar. Sin embargo, cabe destacar que la exclusión estructural continúa presente a pesar de esta mayor capacidad de consumo. De ahí que tampoco el trabajo infantil ni la indigencia laboral se hayan reducido en un escenario de bonanza que tuvo lugar en el país durante 2011.
En aspectos sustantivos la vida social continúa siendo pobre en un sentido más amplio para muchos argentinos: educación, vivienda, salud, trabajo, seguridad y justicia, aspectos que no quedan representados en las mediciones de indigencia y pobreza por ingresos.

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